¿Quién nunca ha tenido miedo de usar? baños públicos ? A menudo sucios y malolientes, nos hacen temer lo peor en términos de transmisión de enfermedades. bacterias y otros gérmenes. Por eso, por reflejo, muchas personas empiezan a colocar capas de papel higiénico sobre la bol antes de sentarse. Sin embargo, este hábito está lejos de ser inofensivo para nuestra salud. Descubra en este artículo por qué es mejor evitar poner papel higiénico en la taza de los baños públicos.
El efecto contraproducente del papel higiénico
El primer problema al poner papel en el asiento del inodoro es su efecto contraproducente. De hecho, cuando se colocan varias capas de papel higiénico sobre el asiento del inodoro, se crea un entorno favorable para el desarrollo y la proliferación de bacterias y microbios. De hecho, estos últimos prefieren multiplicarse en un ambiente húmedo y cálido, como el que proporciona el papel higiénico en contacto con la taza y nuestras nalgas.
La porosidad del papel higiénico: un caldo de cultivo para las bacterias
Contrariamente a la creencia popular, el papel higiénico está lejos de ser estéril o resistente al agua. Su estructura, por naturaleza porosa, permite que los fluidos se infiltren y queden retenidos en el material. Por lo tanto, constituye un verdadero caldo de cultivo para gérmenes y bacterias que luego pueden migrar a nuestros glúteos sin dificultad.
El riesgo de transmisión de gérmenes es aún mayor
Para aquellos que piensan que colocar papel higiénico en la taza del inodoro reduciría el riesgo de contacto directo con las bacterias y gérmenes presentes, ¡piénselo de nuevo! Al crear este entorno propicio para el crecimiento microbiano, en realidad se aumentan las posibilidades de transmisión de gérmenes hacia tu trasero. Un estudio realizado por investigadores estadounidenses demostró que el simple contacto con las manos sucias podría ser suficiente para depositar el 30% de las bacterias presentes en el papel higiénico.
No hay peligro real con la tapa del baño público
Si bien la necesidad de cubrir el asiento del inodoro con papel puede parecer reconfortante, sepa que en realidad no es necesario hacerlo. Los baños públicos están lejos de ser los lugares más higiénicos, pero el riesgo de contraer una infección o enfermedad al sentarse directamente sobre él es muy bajo.
Bacterias que no son muy dañinas para nuestra salud
La mayoría de las veces, las bacterias que se encuentran en el asiento de un baño público son similares a las que se encuentran en nuestra piel. Además, estas bacterias son generalmente comensales, lo que significa que no causan enfermedades en personas sanas con un sistema inmunológico en funcionamiento.
La piel como barrera natural contra los microbios
Incluso en caso de contacto directo con gérmenes o bacterias, nuestra epidermis es un barrera protectora potente y eficaz. La propia estructura de la piel impide que la mayoría de microorganismos penetren en ella. Además, la presencia constante de células del sistema inmunológico especialmente encargadas de destruir los gérmenes hace que esta interfaz entre nuestro cuerpo y el entorno externo sea más segura.
Precauciones a tomar para evitar riesgos en los baños públicos
En lugar de centrarse en la protección ilusoria que ofrece el papel higiénico, adopte prácticas de higiene sencillas pero muy eficaces para garantizar su seguridad en los baños públicos.
Lávese siempre las manos después de ir al baño.
Lavarse las manos sigue siendo sin duda la mejor manera de protegerse contra gérmenes y bacterias. De hecho, si bien ciertas cepas de bacterias pueden sobrevivir durante casi 24 horas en una superficie inerte como la taza del inodoro, desaparecen rápidamente bajo la acción de un enjabonado y enjuague vigorosos.
Use desinfectante para manos si es necesario
Si no tienes acceso a un punto de agua para lavarte las manos, siempre es posible utilizar un gel hidroalcohólico, que eliminará la gran mayoría de bacterias presentes en tus manos después de haber utilizado los baños públicos.
Colóquese en una posición semi-en cuclillas en lugar de sentarse en la taza del inodoro.
Por último, si desea evitar absolutamente cualquier contacto directo (y a veces frío) con la tapa del inodoro, adopte una posición semi-cuclillas. Además de minimizar la superficie de contacto entre tu piel y el cuenco, esta postura también tiene la ventaja de reducir la presión ejercida sobre nuestro recto durante la evacuación, reduciendo así el riesgo de hemorroides y otros problemas relacionados con la defecación.