¿Quién no se ha planteado nunca la cuestión de su esperanza de vida? Saber cuántos años nos quedan de vida es una preocupación común, sobre todo cuando nos damos cuenta de la importancia de nuestra salud. ¿Y si, en lugar de basarnos únicamente en estadísticas, pudiéramos tener una estimación más precisa gracias a una prueba física? Esto es lo que ofrece un nuevo método científico: un test sencillo y rápido de realizar en casa para evaluar tu esperanza de vida.
La prueba física: un enfoque innovador para evaluar la esperanza de vida
Tradicionalmente, médicos e investigadores calculan la esperanza de vida en función de diversos factores: edad, sexo, origen étnico, dieta, nivel de ejercicio físico, historial médico, etc. Pero estas estimaciones suelen ser demasiado generales, o incluso imprecisas, porque cada individuo es único y Tiene sus propias características físicas y biológicas.
Por eso muchos especialistas recurren ahora a métodos más personalizados, que tienen en cuenta la condición física real de cada persona. Entre ellos, el examen fisico parece particularmente prometedor. Varios estudios científicos han demostrado que puede ser un indicador fiable de la esperanza de vida, en particular midiendo la resistencia, la fuerza muscular, la flexibilidad o la coordinación.
¿Cómo realizar la prueba física?
No es necesario ser un deportista de alto nivel ni disponer de un equipamiento sofisticado para realizar esta prueba, que se basa en movimientos sencillos y accesibles a todos. A continuación se detallan los principales ejercicios propuestos en el método científico:
Levántate del suelo sin usar las manos
Este ejercicio consiste en sentarse en el suelo con las piernas extendidas frente a usted y luego levantarse sin utilizar las manos, las rodillas ni los brazos. Utiliza la fuerza de las piernas, la fuerza central y la coordinación. Cuanto más fácil te resulte realizar este movimiento, mejor será tu esperanza de vida. De hecho, según un estudio brasileño publicado en la revista Revista Europea de Cardiología Preventivalas personas capaces de realizar este ejercicio sin dificultad tendrían una esperanza de vida mayor que las que no pueden hacerlo.
Equilibrio sobre una pierna
De pie con los pies juntos, levanta una pierna y mantenla en el aire durante 30 segundos sin tocar el suelo. Este ejercicio pone a prueba tu equilibrio y coordinación neuromuscular. Según un estudio japonés realizado entre casi 1.400 adultos de 65 años o más, aquellos que permanecen más tiempo sobre una pierna tienen menos probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares y otros problemas cardiovasculares y, por tanto, tienen una esperanza de vida más alta.
Realizar flexiones
Realiza tantas flexiones como puedas en 1 minuto, manteniendo una buena postura y sin hacer pausas. Este ejercicio trabaja la fuerza de la parte superior del cuerpo, particularmente los pectorales, tríceps y deltoides anteriores. Un estudio americano publicado en Red JAMA abierta Descubrió que los hombres que podían realizar al menos 40 flexiones en 1 minuto tenían un riesgo 96% menor de desarrollar enfermedad cardiovascular en comparación con aquellos que solo hacían 10 o menos. De este modo, el número de bombas estaría vinculado a la esperanza de vida.
Los límites de la prueba física como indicador de esperanza de vida
A pesar de sus innegables ventajas y su sencillez de realización, la prueba física no debe tomarse como una verdad absoluta en cuanto a la esperanza de vida. De hecho, tiene ciertas limitaciones:
No tiene en cuenta factores genéticos y ambientales.
La prueba física se basa únicamente en la condición física del individuo en el momento de su realización. Por tanto, deja de lado otros factores que pueden influir en la esperanza de vida, como la predisposición genética a enfermedades, la exposición a sustancias tóxicas o nocivas, o los hábitos de vida (tabaquismo, consumo de alcohol, estrés, etc.).
Puede variar dependiendo de la edad, sexo y condición física inicial.
Algunas personas pueden tener dificultades para realizar determinados ejercicios de la prueba, dependiendo de su edad, sexo o estado de salud. Por ejemplo, una mujer mayor con osteoartritis puede experimentar dolor al intentar pararse sobre una pierna, lo que no es necesariamente indicativo de una mala esperanza de vida.
Debe realizarse periódicamente para controlar la evolución de la condición física.
La prueba física es una “instantánea” instantánea de nuestra situación física actual. Sin embargo, nuestro cuerpo y nuestras capacidades evolucionan constantemente, ya sea por el envejecimiento, el entrenamiento deportivo, el aumento o la pérdida de peso, enfermedades, etc. Por lo tanto, para conocer con precisión nuestra esperanza de vida, sería aconsejable realizar esta prueba a intervalos regulares, para medir nuestro progreso o declive y ajustar nuestro estilo de vida en consecuencia.